Para mí uno de los aprendizajes más valiosos del libro
(Jared Diamond, 2006) fue el entender que la adopción generalizada de una tecnología no está causalmente relacionada con el hecho de que esa tecnología mejore la calidad de vida de la gente. El ejemplo paradigmático es la agricultura. El paso del paleolítico al neolítico implicó una dieta mucho peor para la persona media, reducción de esperanza de vida, peor forma física y mayor exposición a enfermedades. Condiciones mucho peores que las del cazador-recolector medio. La dieta de los agricultores del paleolítico estaba compuesta en mucha mayor medida por grandes cantidades de unos pocos cultivos, sobre todo cereales, mientras que los cazadores-recolectores tenían una dieta mucho más variada de diferentes frutas, vegetales, carnes y pescados. La proliferación de las enfermedades fue causada por el aumento del tamaño de los grupos de población y por un mayor trato con animales una vez se desarrolló la ganadería. Recordemos que muchas de las enfermedades humanas, como la gripe o la viruela, tienen origen animal. Entonces, ¿por qué lo hicieron? La gran ventaja de la agricultura y la ganadería fue una mayor producción de comida por metro cuadrado que permitió mantener a una población más numerosa. Una mayor población es una obvia ventaja bélica, de manera que las poblaciones sedentarias eran capaces de expulsar de su territorio a los cazadores-recolectores o de obligarlos a adoptar el sedentarismo para poder competir. Una vez que la población había crecido lo suficiente como para no poder mantenerla con la caza y la recolección volver atrás fue imposible, de forma que la agricultura y la ganadería se volvieron la forma de vida necesaria.