Los chistes de gitanos de Rober Bodegas y el buen humor negro
Publicado el 29 de septiembre de 2020
Hace unos años el cómico Rober Bodegas hizo un monólogo en el que hacía unos chistes sobre estereotipos hacia la comunidad gitana. Este monólogo fue rescatado años más tarde por una turba furibunda en twitter y le valió a Bodegas una persecución en redes sociales durante el par de semanas que duró aquello. Se acusaba al cómico de que sus chistes eran ofensivos hacia los gitanos. En este texto quiero diseccionar uno de esos chistes y ver por qué no sólo no es ofensivo hacia los gitanos, sino que ni siquiera va sobre gitanos. Es más, el chiste busca hablar sobre los prejuicios contra los gitanos.
El chiste reza así: “Esto es un payo que va conduciendo, lo para la guardia civil y nada. Tiene la ITV, el seguro, el coche es suyo… Continúe, le dice.” En una primera lectura, lo que tenemos aquí es una anécdota insustancial que no es graciosa. Un tipo va conduciendo, lo para la policía, no ha hecho nada y sigue. Pero hay un pequeño detalle: la persona en cuestión nos ha sido descrita como “un payo”. Payo es la palabra que usan los gitanos para referirse a la gente que no pertenece al pueblo gitano. Por lo tanto, como el personaje ha sido definido en lo que respecta a esta historia como un no gitano, el público automáticamente comparará lo que haga y lo que le suceda con qué es lo que pasaría si el personaje sí que fuera gitano. Aquí es donde entran en juego los prejuicios sobre la comunidad gitana en lo tocante a tendencia hacia la delincuencia. El chiste produce en quien lo oye el pensamiento de que, si el personaje fuera gitano, no habría tenido los papeles en regla o incluso que el coche sería robado. Incluso dice “el coche es suyo”. Esta primera lectura es lo que hace parecer que el chiste es racista. Es un chiste que está diciendo que los gitanos son unos delincuentes y unos ladrones.
Excepto que no está diciendo nada de eso. Imaginemos por un momento a una persona que no tiene ningún tipo de prejuicio hace los gitanos. Supongamos que le contamos el chiste a esta persona. No sólo no se reiría, sino que, y mucho más importante, no lo vería ofensivo. El truco que el chiste maneja es que sólo es ofensivo para aquella gente que ya alberga prejuicios que encontrar en él. Una persona que no asocie a los gitanos con la delincuencia o el robo difícilmente sería capaz de ver que este chiste lo hace. De lo que está hablando en realidad no es de si los gitanos son o no son unos delincuentes. Está hablando de los prejuicios que el oyente pueda tener hacia ellos. En el momento en el que incluso la capacidad para entender por qué esta anécdota es un chiste requiere del conocimiento de unos prejuicios específicos hacia los gitanos, el chiste no es ofensivo ni perpetrador de estos prejuicios. Es más, es una herramienta para sacarlos a la luz e incluso plantear una reflexión sobre ellos. Lo que Bodegas plantea con este monólogo no es ofender a ningún colectivo, sino que su público se pregunte por qué se están riendo con chistes sobre ellos, y al hacer esa reflexión darse cuenta de que aquello con lo que se estaban riendo estaba en todo momento en su cabeza y nunca en el chiste. Es decir, que el racismo no está en el chiste, sino en la persona que se ríe con él. El chiste busca sacar ese racismo a la luz e incluso invita a una reflexión sobre él.
Hay una confusión bastante común sobre el humor negro en la creencia de que el humor negro consiste en ser ofensivo, cuando no tiene nada que ver con esto. El humor negro es, en última instancia, aquel que nos hace reírnos de nosotros mismos y de nuestros defectos. La ofensa no es más que uno de los posibles mecanismos de transgresión, una de las muchas herramientas al alcance de esta rama de la comedia. El humor negro nos permite, mediante la sátira, el sarcasmo y la transgresión, hablar de temas que son tabúes pero que no por ello ejercen una influencia menor en nuestras vidas, y sin embargo su estatus de tabú impide que sean tratados como es debido. Bajo el reflejo deforme del espejo cóncavo, el humor negro nos permite sacar a la luz cosas de nosotros mismos que de otra forma ignoramos o reprimimos, o comportamientos tóxicos que de tan interiorizados son inconscientes, y mediante la risa despertar una reflexión sobre ellos y ayudarnos a aceptarlos y superarlos. El humor negro es por definición crítico, y es incómodo precisamente porque impugna aspectos del statu quo que son ampliamente considerados intocables. Mucha de la gente que en su día persiguió a Rober Bodegas por este chiste es gente que desde su auto creída superioridad moral es incapaz de soportar la incomodidad de encontrar humor en un chiste racista, y necesitan matar al mensajero porque el paso de humildad de reconocer que el problema está en ellos es mucho más difícil. Y resulta que, mira tú por dónde, el humor negro es una fantástica y muy sana cura de humildad.
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